Crecer en Maungdaw fue muy difícil para Amín * [nombre cambiado por razones de seguridad]. Sin libertad de movimiento ni posibilidades de trabajo, ansiaba un futuro mejor. En octubre de 2012, a la edad de 26 años, tuvo una gran discusión con su padre. Quería unirse a sus amigos que habían abandonado su pueblo y se dirigieron a Malasia, donde ahora vivían y trabajaban. Su padre estaba muy enojado y le dijo a Amir que no debía ir porque era demasiado peligroso y no había garantía de una vida mejor. Sin embargo, la mente de Amín estaba decidida. Sin decírselo a nadie de su familia, se levantó temprano el día después de la discusión y se dirigió al mar, donde abordó un barco con destino a Malasia. Estaba muy triste porque su padre estaba enojado con él, pero estaba desesperado por una vida mejor.
Amín estuvo en el bote superpoblado durante un mes, y fue un viaje terrible con muy poco para comer o beber. A menudo lo golpeaban con un bastón cuando pedía comida o agua, y hasta el día de hoy lleva las cicatrices físicas y emocionales de esas palizas. Su vida en Malasia ha sido desafiante, pasando de un trabajo de construcción a otro y estando lejos de su familia.
Invitado por un amigo, Amín comenzó a asistir a un centro de aprendizaje, donde había estado aprendiendo inglés, y se inscribió con el ACNUR donde recibió su tarjeta de refugiado. Ahora tiene un trabajo estable y su jefe lo trata bien, pero aún enfrenta la amenaza diaria de detención. En junio de 2018 fue arrestado por trabajar ilegalmente en el país y pasó siete semanas en prisión.
Por favor ora por:
• los muchos hombres jóvenes como Amín que viven y trabajan en Malasia para mantenerse a sí mismos y a sus familias en los campamentos de refugiados en Bangladesh. Muchos han encontrado mucho trauma y necesitan experimentar la verdadera libertad en Jesucristo.
• una actitud receptiva al Evangelio entre los muchos jóvenes que viven solos en Malasia.
Amín ahora a menudo habla con su padre y fielmente envía dinero para ayudar a su familia en el campo de refugiados en Bangladesh. Su relación se restablece con su padre, pero todavía hay lágrimas mientras habla de cómo rompió el corazón de su padre.