Me mira Zara con los ojos llorosos, “Leo sobre la situación de los rohinyá”, dice ella. Empieza fluir sus lagrimas y se desvía la mirada, “Miro los videos de los que pasa con mi gente”.
Zara tiene trece años, los aparatos ortodóncicos, y es habladora. Hace cinco años que vive en los Estados Unidos. La mayor de cinco hermanos es rohinyá y indonesia. Asiste a la escuela pública y tiene muchos amigos amables. A ella le encantan asistir a escuela, mirar las películas, y escuchar la música. Su padre le enseña cocinar comida rohinyá como buu thee kyaw, calabaza frita. También le ayuda a recordar el lenguaje rohinyá. Porque Zara ama a sus padres, los ayuda a ordenar la casa y estudiar con sus hermanos.
Cada noche, Zara mira las noticias y lee los artículos sobre la crisis rohinyá. Se agobia por lo que está pasando con su gente. Extraña a sus abuelos y primos en Myanmar. Quiere ayudarlos desesperadamente.
“Solo quiero hacer algo”, Zara se levanta la mirada.
“Cuando estoy crecida, quiero ser doctora, maestra, o trabajador social”, dice ella. La voz se crece más fuerte con confianza al seguir, “Vuelvo a Myanmar para ayudarle a mi gente”.
Aunque le tomará mucho tiempo de trabajo duro, está decidida a ayudarlos cómo pueda. Se da cuenta que tiene mucha suerte vivir en un país estable y asistir a la escuela. Todavía Zara no conoce a Jesús, pero conoce a muchos cristianos y vive en un país donde hay libertad de practicar religión.
- Ruegue que Zara, su familia, y otros refugiados conocerán a Jesús.
- Ruegue por ánimo y consuelo para las familias separadas y desconsoladas.
- Ruegue que cuando Zara vaya a ayudar, le traería el Evangelio a su gente anhelando para el sanar verdadero.