Ismael, un hombre de más de sesenta años, está tumbado en la alfombra del suelo. El sudor le resbala por la cara y su cuerpo está lleno de tos. Su familia se reúne alrededor de él mostrando mucha preocupación en sus rostros. En un esfuerzo por llevarlo a la clínica, su hijo Rofiq y su hija Nurhaba intentan levantarlo. Ismael logra dar dos pasos y luego se hunde en el suelo. La debilidad se apoderó de él. Rofiq se da cuenta de que es inútil llevar a su padre a la clínica. Su hermana le insiste: «Tú trabajas en la clínica. Pregúntales si pueden venir a revisar a papá».
Media hora después, Rofiq estaba de vuelta con una enfermera, quien inmediatamente se preocupo al ver a su padre. Tras revisarlo, se ofreció a llamar a una ambulancia para que lo llevaran al hospital. La oferta fue recibida por la familia con silencio. Finalmente, Rofiq dijo: «En realidad, no queremos separarnos de nuestro padre. Queremos cuidar de él. Y cuando muera, queremos asegurarnos de que el Corán se recite correctamente mientras da su último aliento. Entonces lo enterraremos».
A pesar de que la OMS ha reportado 30 muertes relacionadas con el Covid-19 entre los Rohingya de Bangladesh, es probable que la cifra sea mayor. Al igual que la familia de Ismael, muchas personas se resisten a llevar a sus familiares a los centros de aislamiento. Algunos creen que Dios está protegiendo a los musulmanes Rohingya del Covid, otras temen conspiraciones y otras no quieren separarse de sus seres queridos.
Desde principios de agosto, la vacuna de Sinopharm se ofrece a los Rohingya mayores de 55 años. Aun así, existen rumores que se extienden y algunos Rohingya están dudando en vacunarse. Sin embargo, la mayoría de las personas elegibles la han recibido. Hasta la fecha, no se ha anunciado ningún otro plan de vacunación para los Rohingya.
Por desgracia, la vacunación llegó demasiado tarde para Ismael, pues el murió. Sin embargo, el deseo de su familia se cumplió. Estuvieron con él mientras daba sus últimos suspiros. Y pudo escapar del solitario y estéril entierro que proporciona el centro de aislamiento. En su lugar, su familia lo enterró con cuidado.
Peticiones de oración:
– Oremos para que el personal de los centros de aislamiento sea sensible a las necesidades de las familias de los pacientes.
– Oremos para que el gobierno tenga sabiduría en la elaboración de las políticas relacionadas con Covid-19 para el campamento de refugiados Rohingya, incluyendo los planes de vacunación, las restricciones de movimiento y la disponibilidad de servicios.
– Oremos para que la situación del Covid-19 lleve a los Rohingya a buscar a Dios y los conduzca a Jesús, quien puede sanar no sólo su cuerpo sino también sus almas.