Con una sonrisa, Hassina me dice que todos sus nueve nietos viven en el campamento. Cuando huyó a Bangladés hace varios años, Hassina dejo atrás algunos parientes – ahora están todos juntos de nuevo.
La felicidad de estar reunida con su familia y el amor que le tiene para ella, claramente le ayuda tratar con los desafíos de su vida diaria en el campamento. Pero sigue sonriéndose mientras me dice que recién tuvo que estar privada de arroz porque sus nietos se habían comido todo.
Con frecuencia escucho cuentos de familias separadas por la situación actual. No sé de una familia que todavía esté junta; en cualquier caso, un querido ha ido al extranjero o sido matado. El dolor de separación familiar es tangible. La gente intenta estar conectada por celular, pero se crece más difícil como el gobierno Bangladés limita conectividad a internet y telefónica en los campamentos.
La comunicación y conectividad son necesidades humanas básicas. Para los rohinyá les ayuda a mantenerse conectados con los queridos separados por las dificultades y optimista de ser unidos de nuevo en el futuro.
Ruegue que:
- Las conexiones telefónicas y a internet se mejorarán en los campamentos
- Podrán conectarse las familias tras fronteras nacionales
- Las familias se reunirán – como fue la de Hassina
- Se usarán los celulares para compartir el Evangelio de Jesús y transformar los corazones de familias enteras
Qué bueno sería si algún día las familias podrían juntarse de nuevo en los cielos!