Hace muy poco, mi esposo y yo dimos la bienvenida a nuestro primer hijo. Como varias mujeres Rohinyá de nuestro barrio también esperaban su primer hijo, fue muy especial compartir con ellas el embarazo y el camino hacia la paternidad. Con frecuencia conversábamos sobre el aspecto que imaginábamos que tendrían nuestros hijos, qué cosas les gustaría hacer, cómo sería el parto y qué tipo de padres nos gustaría ser. Aunque nuestras culturas y orígenes son diferentes, compartimos los mismos deseos: que nuestros hijos tengan esperanza en el futuro.
Nuestros amigos Muj y Ressa tuvieron su primer hijo unos meses antes que nosotros. Una noche cuando cenamos juntos, tomé en mis brazos a su bebé recién nacido y les dije que estaba deseando que naciera el mío para que nuestros hijos sean amigos y jueguen juntos. Muj dijo: «Cuando nazca tu hijo, ¿tendrá pasaporte?». Le respondí que sí. Entonces dijo: «¿Así que él odrá tener la ciudadanía de su país e ir a donde quiera?». Humildemente, le expliqué que mi hijo tendría ese privilegio. Muj se quedó callado un momento y luego dijo: «Ojalá mi hijo tuviera eso…». El lamento de Muj es un eco del de muchos de mis amigos Rohinyá.
A medida que he ido entablando amistad con varias de las familias Rohinyá de mi barrio, las oportunidades de futuro para sus hijos continúan apareciendo como un deseo y una necesidad primordiales. Lo que Muj quiere para su hijo es más que un pasaporte, es la oportunidad de recibir una educación, de ganarse la vida y de tener un lugar al que llamar hogar. Deseo todas esas cosas para la familia de Muj, y deseo que sepan que ya ha habido un camino para que tengan la ciudadanía en el Cielo. Mientras pueda o no pueda tener la ciudadanía en la tierra, hay una manera para que él tenga Esperanza para el Futuro.
- Oremos por un cambio de política que permita a los Rohinyá trabajar legalmente, asistir a la escuela y tener la ciudadanía en los países donde residen.
- Oremos para que las futuras generaciones de niños Rohinyá conozcan la Esperanza en Cristo.
- Oremos por la ciudadanía en el Cielo para Muj, Ressa, su hijo y otros Rohinyá de todo el mundo